miércoles, 26 de mayo de 2021

 


EL MURO INVISIBLE DE LA DESCONFIANZA…

Hay que tener buenas raíces para que un muro así, no se construya. Al decepcionar a una persona, también nos fallamos a nosotr@s mism@s.

La deslealtad es una bala que cumplirá su función en el momento en que portes el arma; tu carácter y deseos más recónditos por aquello que divide…

Por lo tanto…

La confianza es una recta entre el corazón y la razón, una delicada línea cuya estructura es la fe vestida de un sutil hilo rojo que resuma seguridad…

La confianza bucea en un lago llamado tranquilidad. En definitiva, no es otra cosa que la certeza y la credulidad de que nada puede desmoronar lo confiado a esa persona…

Y aunque ell@s no somos nosotros, un día la fe ciega que nunca asomo de la mano del recelo, entra de puntillas en tu realidad y sin previo aviso ¡te hace añicos!…

En ocasiones, hay puñales ocultos en las lágrimas del arrepentimiento… Solo te pueden traicionar una vez… ¡solo una vez!… las demás circunstancias, estarán abanderadas por la duda y se vestirán de deslealtad siendo el remordimiento su mejor complemento…

¿Cómo se mide la gravedad de una deslealtad?

fácil, el solo hecho de pensarlo, ya lo es…

El encanto de la palabra fácil es un arma asequible en boca de muchos… lo podemos ver cada día en nombre del amor, la amistad y cuantas etiquetas unen a esas personas. Todas portan un manual donde la honradez es la excepción y la traición es la norma…

Hay que leer la letra pequeña de la confianza…

La confianza es una elección, un valor añadido a los sentimientos. Hoy pocos se visten de ella. En verdad decides tu; es un acto de voluntad, de respeto y de amor. Pero, por momentos el ego es tan fuerte que obvia los daños colaterales de una acción apostando por aquellos escenarios donde puede lucirse, aunque en ese acto aniquile de un solo golpe a la persona que depositó la confianza en su persona…

Y es que a veces, hasta las cicatrices bien curadas, vuelven a doler… 

Entenderán cuando les duela el alma como a ti…

Estas personas dejan a su verdadero yo en la estantería de la decepción 

 Esther Mendoza @copyright mayo 2021



miércoles, 12 de mayo de 2021





LOS AÑOS ENSEÑAN... LO QUE LOS DÍAS NO SUPIERON... 

Aquel que deja para después un café, una llamada, un sueño o un amor, no conoce los misterios de este depredador llamado tiempo...


La vida es caprichosa con sus tiempos, pero a todos nos da los mismos segundos. Sin embargo, ella se encargará de que cada uno de los mortales hagan verdaderos malabarismos con ellos y su particular significado. 

Me acuerdo como cada noche, de niña, mi padre a la misma hora daba cuerda a su reloj despertador y al de pulsera, un ritual que concluía con una frase a modo de mantra que decía así: “el tiempo es oro hija, el tiempo es oro...” algunos años después, entendí su valor… 

Lo que ayer fue, hoy no es… 

Así es y será… lo que apenas hace unos segundos pensaste, sentiste o compartiste, ya es pasado…

Y, es que el tiempo se esfuma como una pesada nube de verano o como el pitido de una tetera que anuncia el principio y final de un placer temporal…
 
El tiempo y yo, acordamos que, en su brevedad, me daría alas para volar; a veces con la imaginación y otras, con actos locos y apresurados que arranca de mi pecho un grito de guerra y felicidad al sentir que aun, sigo aquí… 

Hay que romper la burda creencia de que disponemos de todo el tiempo del mundo, porque no es cierto… el tiempo es lo único que no se rentabiliza… Y un día, también para ti se bajará el telón.

¡Asegúrate!... que te pilla terminando la función y no, en un patio de butacas viendo la vida pasar a través de las historias de otros personajes… ¡Vívela! tu historia, la emoción que le pongas dirá mucho de ti. 
Algunos mortales siguen mirando sus vidas como meros espectadores de las circunstancias que les rodea. En su taquilla clandestina y particular, yacen sus sueños y oportunidades. Si no reaccionas, alguien colgará por ti un letrero póstumo que dirá: La vida está llena de conformistas e imitadores…aquí se va uno de ellos… 

Sí esto te suena… sujeta entre tus desnudas manos una copa con el mejor vino que te puedas permitir, apaga los ruidos de fuera y tómate tu tiempo para escribir en las páginas de un cuaderno en blanco  cuantas cosas te han sucedido en los 86.400 segundos que tienes cada día… 

Te sorprenderá reconocer que, al tiempo, no le vas a ganas, pero tampoco le pierdes si haces un buen uso de él… 

Este viaje requiere de un peaje ¡ponle tú el precio! y repón en tu botiquín emocional algunas tiritas para la frustración; que también, pasará… Toma vitaminas de optimismo y resiliencia porque, aunque la vida es corta, el camino en ocasiones se hace largo… 

Habla menos y actúa más…. Sí este viaje es efímero, emborráchate de él y saca de tu vida lo que te impide disfrutarlo… 

Sí sigues los latidos de tu corazón, es probable que alguien sufra, ocúpate en no ser tu quien necesite un desfibrilador y pierda el billete de tu propia aventura… 

Esther Mendoza escritora @copyright 2021





domingo, 8 de marzo de 2020

Una frase rescatada de Internet para el alma...

Yo, soy ellas…


Hoy, y cada día, pienso en ellas.

Las mujeres de mi clan se levantaban cada día recordando el papel importante que tenían en la familia. Nunca salieron a la calle a manifestarse, más bien, trataron de cambiar la mente de esos hombres a base de amor, diálogo y presencia. Con ello no quiero decir que fuera idílico y fácil, ELLAS, también lloraron, se sintieron solas, frustradas y cuestionaron sí el matrimonio, ese jefe machista, esos amigos impuestos o elegidos, fueron su mejor opción.
Sin embargo, utilizaron su inteligencia emocional para educar a esas personas cuyos comportamientos estaban basados en creencias por la cultura y la escasa oportunidad de cambio. Para esas generaciones era impensable la información y libertad que hoy tenemos. Que mal uso hacemos de ella …
Así que ¡va por ellas! qué, con una taza de café en mano y un cigarro, urdían matinalmente un plan para negociar esa desigualdad desde casa, luego, en los círculos sociales cercanos; llámese familia, trabajo, amigos, vecinos, donde esas diferencias que hoy salimos a abanderar en las calles, ellas al compás de una oportunidad de diálogo, decían a esos hombres qué a pesar de amarles, respetarles, admirarles o desagradarles, tenían y debían cambiar la interpretación de sus roles en la pareja, como padres, hermanos, amigos, amantes, esposos, jefes, compañeros de trabajo, etcétera…
Al menos, esto forma parte de la historia de las mujeres de mi vida…
Tenemos dos maneras de desnudarnos ante los demás y ante nosotras mismas…
Para hacerlo ante los demás es importante conocerse. Debilidades y fortalezas forman parte de nuestra esencia como persona. Aquí, no entra el género femenino ni masculino.
Llevo años escuchando que el día internacional de la mujer se celebra el 8 de marzo, sin embargo, no recuerdo ningún día internacional del hombre…
¿Y si creamos el día internacional de las personas que cambian el mundo? Que dan valor a lo que son en la suma de su intelecto y capacidades que abrazan las diferencia como una multiplicación de un todo...
…Sí, tal vez, para muchos sea una quimera…

Ciertas manifestaciones se han envuelto en un gran halo de feminismo mal entendido, de reivindicaciones que no siempre van en la línea del significado de lo que se reivindica.
Para algunas mentes pareciera una ocasión perfecta para exponer una mezcla de injusticia que desdibuja el verdadero significado de dicho acontecimiento.

Cuando me desnudo para mi…
<< Me arrugo la nariz cuando algo de mi aspecto físico o emocional no me agrada. Después, sonrío y respiro profundamente aceptando que los cambios, los años, la vida con su maravilloso programa llamado experiencia, te coloca en el lugar elegido. Sí, elegido…porque al final, con cada elección/decisión o emoción, somos las únicas responsables del puesto y la forma en la que hoy estamos…

Existe inexorablemente una cor responsabilidad en lo que quiero y recibo…

<< Me empecé a sentir más hermosa y valiosa cuando hablaba con pasión sobre las cosas que realmente me importaban. Lo natural que me resulta arrancar sonrisas a los demás al margen de mi estado anímico, supongo que la empatía y paciencia algo tienen que ver por el simple hecho de que ya, solo me rodeo de personas que multiplican mis segundos.
Todas tenemos un punto de locura que nos diferencia de los hombres. Y me encanta en ocasiones sentirme vulnerable, despojada de la coraza “vengo de vuelta de todo”. Por momentos soy la niña que insiste en continuar en el alma y las maneras de la Esther madura, esa que ya se reconcilió con el pasado, respira a tope el presente y deja que el factor sorpresa le presente el futuro.
A veces, pongo al sol mis heridas de guerra que luzco con orgullo;batallas libradas en la que tanto me desgasté creyendo que bastaba con ser buena y sincera para que te amasen o aceptasen, siempre al servicio de los demás. Un lema muy frustrante cuando tú eres la última elección…
Mi memoria se volvió más selectiva, sé el valor que tiene el tiempo, ahora, lo uso más inteligentemente.>>

Yo aspiro a que algún día algunas mujeres no ansíen tener más poder sobre los hombres, ni sobre nadie, más bien, que tengan el suficiente sobre ella mismas.

He de añadir que las pocas veces que me he sentido poco valorada en mis funciones profesionales y sociales, ha venido de la mano de una mujer…, en fin, no digo con esto que existan, que lo sé, situaciones poco afortunadas donde el simple hecho de ser mujer, nos traslade algunas décadas atrás frente a mentes obtusas masculinas…
Ojalá reivindicásemos el derecho a ser mejores personas, comunicarnos más y mejor, a contribuir a un nuevo modelo de concordancia entre lo que somos y queremos ser…
Pienso que, en cada manifestación, se recuerdan las diferencias y limitaciones que todos portamos. Una ecuación difícil de resolver salvo que todas las partes abracen el diálogo y las diferencias.

Mi particular 8 de marzo lo expongo cada día en cada una de mis acciones y palabras…
Trabajemos por la paz y el compromiso entre nosotr@s

“Ignoramos nuestra propia estatura hasta que nos ponemos en pie” 
Emily Dickinson


lunes, 10 de septiembre de 2018

Reflexiones de una cumpleañera...







Estos días me preguntaba cuántas cosas dejamos de hacer a lo largo de un año creyendo que, un día de esos 365 lo haremos…

La verdad, es que a muchos nos ocurre que pasamos a otro año y aquello que tenía una propuesta queda absolutamente anulado por otro orden de preferencias…
Y así es la vida, y así, son los años, vamos dando preferencia a diminutas cosas pragmáticas que sustituyen otras que pesan más pero por su tamaño, consideramos que pueden esperar un turno que no llega...

En estos 365 días pasados y algunos más, abanderé esta actitud y cuando llegó el ultimo día me di cuenta que mi orden de prioridades estaba obsoleto…

Ahora, todos los días estreno día y hago y anoto aquellas cosas que son importantes para mí, no para el resto, aunque puede que algunas de ellas coincidan o bien, me apasione y disfrute negociando… Porque les aseguro que la vida es una constante negociación...

Negociamos con la mente, con el corazón, con las necesidades, con los afectos, con los momentos, con las palabras, y un sinfín interminable de absurdas excusas que nos sirven para posponer las que realmente importan. Sin embargo, poco negociamos con aquello que nos mueve por dentro…
Me he marcado 365 cosas para este año, trescientas sesenta y cinco cosas que suponen un reto para mí, porque ya, no me sobra el tiempo y el que tengo, me lo bebo a  borbotones permitiendo que se desrame el que me sobra, que no me sobra, que son las prisas por disfrutarlo de la única marera que se debe disfrutar la vida, CON PASION…

Me siento plena, serena, segura, muy madura, y agradeciendo las hermosas cosas que el Universo me devuelve después de muchos años de negociación, así que, reconciliense con la vida porque es ella la única que servirá de intermediario entre los deseos y las oportunidades…

Sí, quiero seguir pidiendo cosas, porque las que pido, dependen en gran medida de mi persona. Quiero seguir respirando donde el aire me gusta, seguir mirando aquello o aquellas personas que me conmueven o me enseñan a ser mejor, pasear cogida de la mamo de ese alguien cálido que no me interpreta, solo me siente y le siento.., recibir el achuchón y el beso interminable que me da mi hija, el torbellino que se forma cuando llego a casa y mis mascotas festejan esa llegada, las letras de una carta que me recuerda cada semana que lo especial se imprime en un papel para recordar mientras se plasman las palabras, el amor que las mueve…

Deben ser los años, pero cada día me pesa menos lo que antes me quitaba el sueño, las banalidades, las frases vacías, la fina estampa, la falsa alegría, el te quiero a destiempo, la amistad postiza subyugada por una intención…

Realmente, lo único que porto, son aquellas cosas y sentimientos que me atrapan el alma, arrancan sonrisas y erizan la piel… Por eso, agradezco a la vida que me haya regalado en una pequeña caja experiencias tangibles, solo aquello que me hace aflorar lágrimas de felicidad, sonrisas rescatadas de un viejo cajón de desengaños, y la locura que no se debe perder con los años…

Esther Mendoza 







sábado, 8 de septiembre de 2018

Ella se buscaba... y lo encontró a él...




Como un poema de Pablo Neruda se presentó… sutil cual lluvia fina que cala y se aloja sin pedir permiso...

No era esperado, ni tan siquiera pedido, pero acaso entre aquellos renglones ella deseó siempre un loco anhelo por no irse de este plano sin rozar cada rincón de un amor así…
La tinta con la que escribió esas páginas, era ahora borrada por una dulce casualidad que cambiaba el rumbo de su destino…
No era fácil, nunca lo fue. Siempre creyó que eso del amor era para algunos bendecidos, sí, bendecidos por una varita mágica que caía del cielo para tocar el corazón de unos pocos afortunados que conseguían demostrar que sus teorías sobre este desatino, eran válidas…

Ella se buscaba y lo encontró a él…

Son de esos hallazgos inesperados que erizan la piel y cortan la respiración cuando se cruzan las miradas. Entonces, una irreconocible corriente eléctrica recorre tu cuerpo quedando atrapada en la garganta la coherencia de una frase…

Fue en la arena. El suelo movedizo la tambaleo al divisarle entre un grupo no muy grande de personas, entonces, supo que era él... tan diferente al resto...
Aquello se convirtió en un Coliseo romano donde emociones y corazas luchaban por un premio. Un galardón que vitoreaban desde las gradas de su propia historia. El dolor miró para los lados buscado en aquel suelo movedizo la mirada anónima y cómplice que la rescatase de aquella atracción que la impulsaba a saber de él... 

Lo observó por largo tiempo. Pareciera que en medio del mundo solo estaban ellos dos. Cada uno a un extremo de aquel enorme espacio…y a la vez, tan cerca…
Sin atreverse a hablar, paralizados al tratar de entender la familiaridad de un déjá vu  se limitaron a esperar el siguiente movimiento del universo.

Él le robó sonrisas que ni tan siquiera sabía que tenía, despertó la pasión dormida entre el tejido de su ropa y su propia piel…, desató una locura que la llevaba a aniquilar sus propias corazas y a danzar con la niña que tenía dentro quitándose los miedos para vestirse de una recién estrenada y osada sensualidad y pasión que creía reducida a cartas amarillentas de amores que quedaron atrás…

Se acercó y le regalo su mejor sonrisa y con ella, unos brazos que la sujetaban al bailar como el más firme de los gladiadores…Entonces, la distancia más corta entre los dos… fueron sus propios labios…

Al fondo se oía la melodía de viejos boleros que invitaron a sus almas a fundirse en una danza de reconocimiento que festejaban el final de un largo viaje. Se trataba de esas travesías que desgastan el espíritu y dejan huellas imborrables…  

Aprendieron a amarse sin relojes que marcasen los tiempos, llenaron los vacíos que le llevaron a encontrarse, hicieron de la locura, su oración cada día, pues en ella, se encontraba la verdadera esencia de lo que cada uno de ellos eran…

Persiguieron la luna con la única intención de entregársela mutuamente… y, en el camino, descubrieron lo que eran…

.. Y supieron que ese amor era inmarchitable porque vivir, era lo único urgente que tenían que hacer mientras se entregaban en las esquinas de una larga espera…

Copyright Esther Mendoza



domingo, 8 de abril de 2018

...Quizás, haya algo de verdad en todo esto.



La quietud... no es buena compañera en estos tiempos, hay que expulsarse de una patria inventada...



... Quizás haya algo de verdad en todo esto. En el fondo de nuestro ser, todos tenemos una patria inventada que espera ser rescatada de la ensordecedora quietud…
No existe un ser humano sobre la faz de la tierra qué en algún momento de su vida no sintiera que sobraba, que no encajaba en su escenario de vida. Sin embargo, la versión mejorada de la incertidumbre, no es muy halagüeña; esta recobra posiciones a pasos agigantados penetrando como un virus en nuestra psique dejando una estela de desconcierto en nuestro mundo emocional, un espacio donde espera sentirse el rey del lugar…
A veces, nos preguntamos cómo llega ese virus, es de fácil respuesta; siempre hubo o habrá alguien que te haga creer qué, ese algo, ese deseo, ese sueño… no es adecuado … Y, en algunas otras ocasiones, el ser humano solito se encarga de inyectarse esa bacteria tan poderosa sin ayuda de nadie, excepto, la de sus propias creencias.
Todos los elementos que componen la incertidumbre influyen exitosamente en la manera de mostrarse no solo al mundo, sino también, en la clandestinidad de cada historia personal tomando posesión sin un ápice de misericordia…, la incertidumbre no cumple la función de reparar precisamente..., más bien todo lo contrario...
¿Quién no conoce los famosos ataques de pánico al cambio? Y… ¿la vulnerabilidad que recurre a los fármacos de las falsas impresiones para no salir de la UCI de las excusas?...
Todos estos vestigios de un destierro de pensamientos impostores, forman parte de nuestra obsoleta versión de lo que creemos ser.
Aun sin tener motivos, hombres y mujeres adoptan la postura “auto defensiva” bloqueando cualquier actitud de cambio y aceptando un billete para huir a un desolado reducto donde solo existen más preguntas con cero respuestas.... hablamos del país de las falsas creencias…
 El premio de consolación, es una generosa dosis de repartición de culpas. ¿Quién dijo que era fácil reconocer aquello de lo que carecemos y sobre todo, la resistencia de apostar por el cambio?...
¿Se puede erradicar?... ¡sí! rotundamente. Las sombras, las dudas, todo lo que frena se puede cambiar, tan solo hay que volver a reconectar con aquello que fuiste, que eres… reconquistar la capacidad de decisión y libertad, sin sentimientos autodestructivos que aborten tu oportunidad de cambio...
Pon en tela de juicio todo aquello que genera dudas… venga, de quien venga…Como he dicho en muchos de mis escritos, hay que lanzarse al vacío con la esperanza de volar. Tal vez, si sabes utilizar bien tus recursos, tus alas no te fallen…

@copyright Esther Mendoza. Abril 2018
www.esthermendozacoach.com

domingo, 10 de septiembre de 2017

Un cumpleaños más...




Todos alguna vez hemos hecho pellas en el colegio, eso me sucedió en el 2016, las hice en mi blog saltándome un día tal como hoy.
El espacio y el tiempo en ocasiones confabulan para llevarnos a una renovación interior. Y, aunque me ha costado entenderlo, sigo opinando que la edad depende del ánimo con que la mires, puede ser un molesto número en el calendario, o bien, un premio al recorrido de vida que has hecho. Curiosamente, sigo sintiéndome afortunada de estar aquí sorteando con éxito todos los exámenes que me ha tocado con buena nota.
Mirar para detrás y recordar, debe ser con la única intención de volver ilesos de ese viaje; no en vano, tendemos a expresar en algún momento que, “cualquier tiempo pasado fue mejor”.  Podría asegurar sin miedo a equivocarme que no es cierto, seguro que, en ese momento, también creímos lo mismo de otro “tiempo pasado”
No es justo para nosotros invalidar lo que hoy somos por ponerle una emoción subjetiva a un tiempo de gloria que ya no está ni estará…
Mi mirada al pasado, hace ya algunos años que solo lo hago para agradecer. Sin aquellos tropezones del tamaño de un rascacielos, hoy difícilmente seria como soy.
Cada cumpleaños me regalo un Oscar de incalculable valor. Es el premio a la fuerza, al empuje que le imprimo a todo aquello en cuanto creo y, sobre todo, soy…
Después de duras negociaciones con el espejo y el calendario, llegue a la conclusión que había que hacerle un sabotaje a viejas creencias adoctrinada como ciertas. En este momento de mi vida, me quedo con las cosas pequeñas, sencillas, de esas que casi nadie repara en ellas.
Mi primer pensamiento al despertar siempre es agradecer, mirar lo que me rodea y valorarlo en un estado presente. Mí adorada rutina mañanera de una breve visita, a mi mustio jardín por el calor, y comprobar como éste se impone a las altas temperatura y a  pesar de ello, empieza a brotar pequeñas hojas verdes que recuerda la fuerza de la propia naturaleza. También me corta la respiración el rojizo atardecer, el ocaso de un día que yo tuve la fortuna de disfrutar, una página en blanco para escribir, una historia para compartir, una llamada…, una sonrisa… un saber que alguien quizás te piensa y agradece tu presencia de cualquiera de las maneras.
Puedo ser perfectamente un junco que se dobla mas no se parte, un alma dócil que solo quiere observar y aprender y, a la vez, un espíritu rebelde que se rebela a ser igual, conformista doblegada a la resignación.
Mi paso por esta vida no es para pasar de puntillas, tampoco busca la aprobación para más tarde colocarme las medallas que otros me dan, mi paso por esta vida, es tan simple como para vivirla como quiero y siento al margen de que otros lo entiendan… una perfecta imperfección sinfónica que eriza la piel, con la misma facilidad que enerva los ánimos.
Pocas cosas ya me valen, las que están en el departamento del “ya veremos”, quizás ya nunca tengan esa oportunidad, las preocupaciones se han convertido en semáforos de color verde, pues la solución no está en la desesperación sino en de qué o quien depende…

Y, no…, no me he olvidado del amor…, este está presente en mi vida de muchas maneras, de forma imperceptible se cuela entre las rendijas de una coraza que en ocasiones afloja derrumbada por una inocente sonrisa, la lealtad de tus mascotas, la gratitud de vuelta, y el amor incondicional a veces en tela de juicios de los que dicen conocerte…

Quiero seguir expresando las cosas como las siento, agradecer y continuar mi camino cuando lo que veo no me gusta, apartar de mi historia falsos egos que se llaman amigos, mentores y expertos en halagos melosos que degradan más que apreciar…,
Pues sí, con mucho gusto pago las facturas que me tocan por ser así…
Mi pacto con la vida va más allá de “lo supuesto” ya subrayo en negrita y cursiva aquello que me emociona, cada vez, menos cosas ruidosas y más detalles que resultan imperceptibles a la vista por las prisas del mundanal ruido. Curiosamente, éstas me hacen vibrar y eleva mi ser en una danza de mariposas que inesperadamente llegan...

Lo mejor de cumplir años, es poder contarlos… 
Esther Mendoza.