domingo, 8 de abril de 2018

...Quizás, haya algo de verdad en todo esto.



La quietud... no es buena compañera en estos tiempos, hay que expulsarse de una patria inventada...



... Quizás haya algo de verdad en todo esto. En el fondo de nuestro ser, todos tenemos una patria inventada que espera ser rescatada de la ensordecedora quietud…
No existe un ser humano sobre la faz de la tierra qué en algún momento de su vida no sintiera que sobraba, que no encajaba en su escenario de vida. Sin embargo, la versión mejorada de la incertidumbre, no es muy halagüeña; esta recobra posiciones a pasos agigantados penetrando como un virus en nuestra psique dejando una estela de desconcierto en nuestro mundo emocional, un espacio donde espera sentirse el rey del lugar…
A veces, nos preguntamos cómo llega ese virus, es de fácil respuesta; siempre hubo o habrá alguien que te haga creer qué, ese algo, ese deseo, ese sueño… no es adecuado … Y, en algunas otras ocasiones, el ser humano solito se encarga de inyectarse esa bacteria tan poderosa sin ayuda de nadie, excepto, la de sus propias creencias.
Todos los elementos que componen la incertidumbre influyen exitosamente en la manera de mostrarse no solo al mundo, sino también, en la clandestinidad de cada historia personal tomando posesión sin un ápice de misericordia…, la incertidumbre no cumple la función de reparar precisamente..., más bien todo lo contrario...
¿Quién no conoce los famosos ataques de pánico al cambio? Y… ¿la vulnerabilidad que recurre a los fármacos de las falsas impresiones para no salir de la UCI de las excusas?...
Todos estos vestigios de un destierro de pensamientos impostores, forman parte de nuestra obsoleta versión de lo que creemos ser.
Aun sin tener motivos, hombres y mujeres adoptan la postura “auto defensiva” bloqueando cualquier actitud de cambio y aceptando un billete para huir a un desolado reducto donde solo existen más preguntas con cero respuestas.... hablamos del país de las falsas creencias…
 El premio de consolación, es una generosa dosis de repartición de culpas. ¿Quién dijo que era fácil reconocer aquello de lo que carecemos y sobre todo, la resistencia de apostar por el cambio?...
¿Se puede erradicar?... ¡sí! rotundamente. Las sombras, las dudas, todo lo que frena se puede cambiar, tan solo hay que volver a reconectar con aquello que fuiste, que eres… reconquistar la capacidad de decisión y libertad, sin sentimientos autodestructivos que aborten tu oportunidad de cambio...
Pon en tela de juicio todo aquello que genera dudas… venga, de quien venga…Como he dicho en muchos de mis escritos, hay que lanzarse al vacío con la esperanza de volar. Tal vez, si sabes utilizar bien tus recursos, tus alas no te fallen…

@copyright Esther Mendoza. Abril 2018
www.esthermendozacoach.com

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