domingo, 8 de marzo de 2020

Una frase rescatada de Internet para el alma...

Yo, soy ellas…


Hoy, y cada día, pienso en ellas.

Las mujeres de mi clan se levantaban cada día recordando el papel importante que tenían en la familia. Nunca salieron a la calle a manifestarse, más bien, trataron de cambiar la mente de esos hombres a base de amor, diálogo y presencia. Con ello no quiero decir que fuera idílico y fácil, ELLAS, también lloraron, se sintieron solas, frustradas y cuestionaron sí el matrimonio, ese jefe machista, esos amigos impuestos o elegidos, fueron su mejor opción.
Sin embargo, utilizaron su inteligencia emocional para educar a esas personas cuyos comportamientos estaban basados en creencias por la cultura y la escasa oportunidad de cambio. Para esas generaciones era impensable la información y libertad que hoy tenemos. Que mal uso hacemos de ella …
Así que ¡va por ellas! qué, con una taza de café en mano y un cigarro, urdían matinalmente un plan para negociar esa desigualdad desde casa, luego, en los círculos sociales cercanos; llámese familia, trabajo, amigos, vecinos, donde esas diferencias que hoy salimos a abanderar en las calles, ellas al compás de una oportunidad de diálogo, decían a esos hombres qué a pesar de amarles, respetarles, admirarles o desagradarles, tenían y debían cambiar la interpretación de sus roles en la pareja, como padres, hermanos, amigos, amantes, esposos, jefes, compañeros de trabajo, etcétera…
Al menos, esto forma parte de la historia de las mujeres de mi vida…
Tenemos dos maneras de desnudarnos ante los demás y ante nosotras mismas…
Para hacerlo ante los demás es importante conocerse. Debilidades y fortalezas forman parte de nuestra esencia como persona. Aquí, no entra el género femenino ni masculino.
Llevo años escuchando que el día internacional de la mujer se celebra el 8 de marzo, sin embargo, no recuerdo ningún día internacional del hombre…
¿Y si creamos el día internacional de las personas que cambian el mundo? Que dan valor a lo que son en la suma de su intelecto y capacidades que abrazan las diferencia como una multiplicación de un todo...
…Sí, tal vez, para muchos sea una quimera…

Ciertas manifestaciones se han envuelto en un gran halo de feminismo mal entendido, de reivindicaciones que no siempre van en la línea del significado de lo que se reivindica.
Para algunas mentes pareciera una ocasión perfecta para exponer una mezcla de injusticia que desdibuja el verdadero significado de dicho acontecimiento.

Cuando me desnudo para mi…
<< Me arrugo la nariz cuando algo de mi aspecto físico o emocional no me agrada. Después, sonrío y respiro profundamente aceptando que los cambios, los años, la vida con su maravilloso programa llamado experiencia, te coloca en el lugar elegido. Sí, elegido…porque al final, con cada elección/decisión o emoción, somos las únicas responsables del puesto y la forma en la que hoy estamos…

Existe inexorablemente una cor responsabilidad en lo que quiero y recibo…

<< Me empecé a sentir más hermosa y valiosa cuando hablaba con pasión sobre las cosas que realmente me importaban. Lo natural que me resulta arrancar sonrisas a los demás al margen de mi estado anímico, supongo que la empatía y paciencia algo tienen que ver por el simple hecho de que ya, solo me rodeo de personas que multiplican mis segundos.
Todas tenemos un punto de locura que nos diferencia de los hombres. Y me encanta en ocasiones sentirme vulnerable, despojada de la coraza “vengo de vuelta de todo”. Por momentos soy la niña que insiste en continuar en el alma y las maneras de la Esther madura, esa que ya se reconcilió con el pasado, respira a tope el presente y deja que el factor sorpresa le presente el futuro.
A veces, pongo al sol mis heridas de guerra que luzco con orgullo;batallas libradas en la que tanto me desgasté creyendo que bastaba con ser buena y sincera para que te amasen o aceptasen, siempre al servicio de los demás. Un lema muy frustrante cuando tú eres la última elección…
Mi memoria se volvió más selectiva, sé el valor que tiene el tiempo, ahora, lo uso más inteligentemente.>>

Yo aspiro a que algún día algunas mujeres no ansíen tener más poder sobre los hombres, ni sobre nadie, más bien, que tengan el suficiente sobre ella mismas.

He de añadir que las pocas veces que me he sentido poco valorada en mis funciones profesionales y sociales, ha venido de la mano de una mujer…, en fin, no digo con esto que existan, que lo sé, situaciones poco afortunadas donde el simple hecho de ser mujer, nos traslade algunas décadas atrás frente a mentes obtusas masculinas…
Ojalá reivindicásemos el derecho a ser mejores personas, comunicarnos más y mejor, a contribuir a un nuevo modelo de concordancia entre lo que somos y queremos ser…
Pienso que, en cada manifestación, se recuerdan las diferencias y limitaciones que todos portamos. Una ecuación difícil de resolver salvo que todas las partes abracen el diálogo y las diferencias.

Mi particular 8 de marzo lo expongo cada día en cada una de mis acciones y palabras…
Trabajemos por la paz y el compromiso entre nosotr@s

“Ignoramos nuestra propia estatura hasta que nos ponemos en pie” 
Emily Dickinson


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