“…Donde la magia y el tiempo, se pierde en el bosque de la dulzura..."
Este otoño amenaza con
ser largo, donde la amiga primavera pareciera un sueño lejano en el tiempo. Se
acaba noviembre, el mes más mágico del año. Las hojas se tornan de colores dorados y ocres,
el verde da paso al sueño dormido de los bosques y los caminos están
custodiados por árboles que majestuosamente nos saludan al pasar, haciendo una
reverencia al amigo viento que los cimbrea.
Una alfombra invernal
de hojas secas, nos invita a pisarlas sintiendo la protección bajo nuestros pies
de esos pasos que te llevan a no se sabes
dónde…
Me abandono a la fantasía
y al silencio del lugar. Oigo el susurro de una música que interpreta los elfos
y danzarinas hadas, que bailan al compás
de mis pensamientos, donde la ilusión es una protagonista que se filtra en mis
sentidos sin dar tregua a cualquier pensamiento racional...
Mi cuerpo se arrastra
de un cansancio no visible. Mi espíritu tira de ese carro de desilusiones que
te llevan a buscar un rincón donde llorar y descansar después de caminar
caminos que no llevaron a ningún lugar…
Esther Mendoza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario