miércoles, 22 de abril de 2015

EXISTE CIERTO AMOR ESTABLE...



"Existe cierto amor estable, que resulta lo más inestable cuando la rutina amenaza con ocupar el primer lugar".


En ocasiones, amar es como tirarse en paracaídas.
Te lanzas al vacío con la esperanza de volar, y, si tienes un buen acompañante, te aseguro que vuelas…en caso contrario, busca bien un buen sitio donde aterrizar porque durante mucho tiempo recordarás la caída…

El escenario romántico, algunas veces, tiene ventanas donde los fríos vientos del norte entran a sus anchas. Cuando estos aires se cuelan por las rendijas de una relación, el silencio y el orgullo forman la mejor alianza para la derrota de un sentimiento.
...Algunas actitudes contribuyen al estrepitoso fracaso de cualquier historia. El silencio, una árida conducta que se maneja bien en unas tablas más que dominadas, pacta con la incomprensión, el Oscar al olvido tiene su destierro seguro. El resultado obtenido no es otro que una desoladora ventisca de soledad acompañada del desamor...

Existen periodos de nuestras vidas en la que creemos tenerlo todo controlado. Eruditos de una sabiduría que nos pasa examen cuando cierta situación hace acto de presencia, ahí, es cuando un guiño del destino nos empuja a transitar por un pasillo resbaladizo donde nuestro tan pomposo equilibrio, cae de bruces con una oxidada teoría.

Y, es que en cuestiones del amor, no hay racionalidad que valga…

 La madurez deja de ser un referente a tener en cuenta ante el atisbo y desmoronamiento de un romance. Un alto porcentaje reacciona de la misma forma al margen de la edad que se tenga. Cuando caes en aras del amor  y la intransigencia hace trizas el corazón, la mejor “tirita” no es otra que pasar el duelo.

Ante tan aplastante disertación y acompañadas de un gin tonic, un grupo de féminas pasada la barrera de los cuarenta, se preguntaban cómo mujeres como ellas, maduras, profesionales, centradas y equilibradas cuya máxima no es otra que aquella que dice “tengo la vida que quiero, el mando, lo llevo yo”, terminaban  descubriendo que se seguía  sufriendo de amor igual que a los quince años cuando el chico más atractivo de la pandilla, te cambiaba por la chica guapa, inteligente y osada.

Y queridas amigas, ¿quién dijo que la fortaleza que mejor preserva el corazón es un buen argumento de ataque?, quien lo dijo, se había tomado dos gin tonic ¡dobles para ser exactos! y ¡nunca!, nunca, se enamoró...

Aunque una de las caras del amor sea el desamor, no hay mejor medicina contra la rutina, que enamorarse cada día…

 Lo ideal, es re-enamorarse de la pareja siempre que ambos apuesten por ello, renovar momentos poniendo limites a aquello que roba esos instantes, y, si no puede ser, ahí fuera hay alguien que espera descubrirte y de paso, descubrirse…

Dejemos que las cosas sucedan…

Esther Mendoza.


La pasión es como un delicado pétalo, es efímera pero su tacto perdura en la memoria de la piel.


1 comentario:

  1. Me encanta cómo escribe y se expresa de forma tan razonada y cercana.
    Un abrazo

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