No debemos tener miedo de cuestionarnos…
Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.
~Charles Chaplin
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Sean Jamuráis, fieles y leales a aquello que creen ser. Actúen en consecuencia, sin
temor a la opinión ajena qué, en ocasiones, es demoledora y otras muchas
catapulta. Por lo tanto, mírense en el
retrato que quieren colgar en vuestra pared, sin miedo a colisionar con los
errores...
A lo largo de los años libramos muchas luchas de poder, enfrentando
el quiero y el debo…
Un Samurái se debe así mismo y a una élite familiar. Son hombres cultos, sensibles, permeables y admirables. En ocasiones se enfrentan en un campo de batalla con enemigos desdibujados. Se convierten en un referente familiar que otros han subido a un pedestal sin tener en cuenta sus deseos, su voluntad..., más bien, una imposición adjunta a su identidad y estirpe.
Un Samurái se debe así mismo y a una élite familiar. Son hombres cultos, sensibles, permeables y admirables. En ocasiones se enfrentan en un campo de batalla con enemigos desdibujados. Se convierten en un referente familiar que otros han subido a un pedestal sin tener en cuenta sus deseos, su voluntad..., más bien, una imposición adjunta a su identidad y estirpe.
Un andante cuyo linaje lo coloca en un viaje imperante cuya existencia, se convierte en un espejo de aquello que llamamos camino. Una senda que proporciona flores, piedras, personas a las que nos unimos
para sanar compartiendo la memoria del dolor…y otras, a quienes a veces, llegamos amar...
Estos ejemplos son “reflejos”,
y, en ellos, nos proyectamos como maestros y en otros, ejercemos el rol de alumnos…
Los sentimientos que
experimentamos a lo largo de los años nos pueden llevar al viaje más
vertiginoso; a nuestro interior….
Allí, es donde descubrimos todas y cada una de las barreras que hemos construido para protegernos de forma inconsciente, de lo que conscientemente demandamos, “amor…”.
Podría producirnos vértigo sino estamos dispuestos a apostar por cambiar hábitos y conductas que hasta ahora, nos han hecho sentir desdicha...
Allí, es donde descubrimos todas y cada una de las barreras que hemos construido para protegernos de forma inconsciente, de lo que conscientemente demandamos, “amor…”.
Podría producirnos vértigo sino estamos dispuestos a apostar por cambiar hábitos y conductas que hasta ahora, nos han hecho sentir desdicha...
Si perdemos de vista
que lo fundamental es atesorar aquello nacido del corazón, nos veremos irremediablemente
imbuidos en una vorágine de apariencia que nos generará frustración y dolor...
Llegados a este
punto de reflexión asumiendo qué, en muchos casos tenemos un comportamiento
imitador, podremos por lo tanto tomar las riendas de nuestra equilibrio emocional restando protagonismo a una mente dominada por el ego, que nos esclaviza a “sentir y reconocer” falsas impresiones perturbando la realidad
que nos ha sido adjudicada.
No importa las
etiquetas que durante una vida nos hayan
imprimido, o qué, en su caso, nos inculcaran en planillas de cómo había que
sentir, actuar, caminar, hablar, vivir… todo ello habrá sido en vano sí, al
llegar la noche no nos sentimos en paz con lo que somos, con aquello que merece llenar nuestro espíritu…
… Y, si al darnos la
vuelta en la cama, aun estando solos, la sentimos vacía, echando de menos una presencia, no hemos sabido amar
los momentos compartidos llenando de gratitud nuestra alma por lo vivido….
El quiero y el debo,
pierde protagonismo cuando reconocemos esos instantes como aquellos que llenan
las ausencias…, dándonos serenidad hasta un nuevo encuentro…
Gracias por estar aquí
para mí…
Esther Mendoza.
Querida Esther gracias por dejarnos tan hermosos mensajes. Disfruta del día
ResponderEliminarAbrazos. Rosa.