martes, 18 de enero de 2011

Retazos de vida...

“Retazos de vida…”

Perdona por atreverme  escribirle a tu alma. Posiblemente se sienta asustada y  abandonada ,pensando que todos se han olvidado de ella, sin darle tregua para renacer de las cenizas de una vida poco gratificante…  asumiendo un olvido irreal, en la creencia de no ser guardada en el cofre de los tesoros más preciados, donde el recuerdo y la ternura son los sentimientos coprotagonistas…
Dile al niño que llevas dentro que alargue sus brazos y cierre los ojos, dejando sentir el abrazo dulce en la madrugada cuando sus miedos le asalten… que se acurruque sintiendo el calor de unas manos protegiendo las suyas...

Cierra tus ojos y deja pasear por  tu memoria retazos de dulzura de la infancia, fotogramas que han quedado atrapados en el corazón y en la memoria… 

... y recuerda...

El beso largo y pegajoso de tu madre que te hacía enfadar, porque tu postre casero favorito se estampaba en tu mejilla después de que ella lo hubiese probado antes. Secuencias de instantes donde la cocina, era el escenario de tu complicidad con ella...

Eras el hombrecito de la casa…Cuidabas del jardín, del perro y de aquellos que estaban a tu cargo, ellos te veían como el “gigante protector,  favorito de mama…”

…. Y aquellos momentos, que sentado a  sus pies, compartías sus preferencias televisivas, anécdotas y vivencias de una vida, donde tu presencia era el mejor regalo para ella mientras te acariciaba el cabello …
…. Y siempre fue así, te convertiste en su guía cuando ella estaba perdida, recordandole retazos de una vida...

Cuando te rindes a la lucha de mantener un sentimiento profundo, donde el abismo de la incomunicación hace acto de presencia, asocias la felicidad con un “sólo quiero vivir en paz”… privándote  de conocer el amor desde la óptica de las cosas sencillas de la vida, donde a través de los gestos, las miradas las sonrisas y los silencios se halla… 

A veces, una nube llamada temor se posa sobre tu cabeza, haciéndote creer, lo que el orgullo y el desamor defiende como condición en la conducta humana…
Mi querido niño, nadie tiene la capacidad de infravalorarnos o desplazarnos a un lugar menos importante…somos nosotros los únicos artífice de ese sentimiento y actitud…
Te invito a la habitación amarilla. Esa que está llena de luz, sueños y esperanzas, donde la quimera pierde su significado para convertir en realidad los deseos, el dolor no se conoce y las segundas oportunidades se regalan…

Viaja a ese rincón de tu memoria, refúgiate y ama todo aquello que te ha sido otorgado con amor, generosidad y entrega. Recuerda lo valioso que eres y afortunado por poseer el don de la sensibilidad y la belleza…

Esther Mendoza.

Yiruma...

No hay comentarios:

Publicar un comentario