domingo, 5 de enero de 2014

"MIS QUERIDOS MAGOS DE ORIENTE:"






"Nuestros tesoros no confesados, toman realidad cuando empezamos a creer en ellos..."
 Esther Mendoza.

Mi carta va dirigida a esos reyes magos en los que todos, o al menos la mayoría, necesitamos creer. De niños, no pegábamos ojo la noche del cinco  de enero creyendo qué, ellos, eran el último cohete que al explotar, convertía en realidad aquellos pequeños deseos que a lo largo de trescientos sesenta y cinco días, almacenábamos en nuestra lista de casi imposibles.
En la soledad de una madrugada desoladora, recuerdo como mi carta del año pasado la escribí en un frio banco de hospital mientras mi hija, estaba siendo atendida… En esta ocasión, el escenario no varía mucho; desalentadora es la emoción que me acompaña en una velada donde el silencio del lugar, no ayuda a cambiar el ánimo. Busco entre los renglones de esta misiva, la fugaz creencia que la quimera de un deseo satisfaga a mi parte infante, aniquilando a la utopía y, convirtiendo en realidad, los sueños perdidos de una niña qué, ya adulta, espera le sean concedidos…
La lista de mis imposibles no es extensa. Se ha convertido en un reducto de ilusiones en forma de islote que espera que un navío de certezas, pueble el lugar desafiando los aparentes imposibles que con amor y generosidad, serán derrotados…
Cada mañana al despertar, lo primero que hago es dar gracias a Dios o al universo, (para mí tiene el mismo significado) por estar viva. Luego, aspiro a sentirme así de agradecida ante e cometido casi auto impuesto de reescribir las páginas en blanco que ese día me ofrece y, frente a una taza de cacao, me hago el firme propósito de poner en movimiento el mecanismo de la ilusión para que las barreras que esperan fueran, en algún momento se conviertan en frágiles cortinas de humo…
Mi carta de peticiones…
Mis queridos Magos de Oriente:
Sé, que la realidad social que azota al mundo, se ha adueñado de la ilusión de tod@s exiliando la esperanza a un gélido rincón del alma. Cuando no eres capaz de dejar la preocupación constante encerrada en el sótano de los pensamientos radioactivos, aniquilas sin querer los hermosos y escasos regalos tardíos que la vida te concede. También, sumo a esta lista, la eliminación del vacío que embarga con desaliento los instantes nacido de agridulces desencuentros, ellos surgen de la soberbia de un pilar que intoxica la parte más noble del ser arrasando cualquier vestigio de felicidad…
Yo, y tú… Tú y yo… tenemos la obligación de atrapar entre los dedos, coyunturas que llegan en retrasados vagones de vivencias que efímeramente, nos llena el corazón con el leve roce de una piel, la intrépida sonrisa que ha desbancado un rictus amargo, la conquista de un espíritu moribundo que renace en unas fechas que hoy, están llegando a su ocaso, la entrega incondicional que no deja enfriar la pasión de sujetar unas manos que han olvidado para qué, han sido creadas.
Frente a un folio en blanco, me pregunto a que nos esclavizamos. La reflexión me lleva a enumerar a sus protagonistas. Al miedo, que se cree dueño del tiempo, nuestro tiempo,  al abandono que cree ser el tutor de tu mente, a la soledad, que amenaza con invadir tu alma, a las palabras que como dardos envenenados, lanzamos a aquellos que menos se lo merecen, al desamor que nos infringimos que cruelmente comulga con la teoría de que hacerlo, es sinónimo de egoísmo…
Mi carta de peticiones, este año va a la sección del crecimiento personal y de la absolución a los errores.
Un coche no me haría más feliz, aunque me hace falta, tener más dinero aliviaría mis noches en velas pero, no disiparía la tristeza, conquistar el mundo, no es una meta, antes tengo que conquistarme a mí misma… ¿una vida segura?, un inviable, perdería emoción el viaje...
La mejor morada es aquella donde te recibe el calor de un sentimiento leal y franco al tiempo, que te abraza la tolerancia y el respeto.
Mañana cuando abra los ojos y corra a mi árbol de navidad, espero encontrar la caja de madera que durante mi niñez fue mi cofre de los tesoros… allí, espero encontrar todo lo que necesito para mis próximos doce meses... amar mejor, sumar paciencia, ver más allá de lo que mi imaginación pretende, y, sobre todo, no perder la fe en aquellos y aquello que creemos perdido…

"Aún, es siempre todavía". (cita de Antonio Sauret).
Feliz día de Reyes a tod@s...
Esther Mendoza.
"La navidad es una actitud, no una fecha en el calendario.."
 E.M

1 comentario:

  1. Querida Esther, ¡cuánto ha llegado esta carta a mí! Es como que has leído mis sentimientos pues yo he escrito algo parecido hoy pero muy lejos de expresarme tan excelentemente bien como tú lo haces.
    Espero y deseo este nuevo año halles salud, paz, cariño y armonía.
    Abrazos. Rosa.

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