"Nuestros tesoros no confesados, toman realidad cuando empezamos a creer en ellos..."
Esther Mendoza.
Mi carta va dirigida a esos reyes magos en los que todos, o al menos la mayoría, necesitamos creer. De niños, no pegábamos ojo la noche del cinco de enero creyendo qué, ellos, eran el último cohete que al explotar, convertía en realidad aquellos pequeños deseos que a lo largo de trescientos sesenta y cinco días, almacenábamos en nuestra lista de casi imposibles.
En la soledad de una
madrugada desoladora, recuerdo como mi carta del año pasado la escribí en un
frio banco de hospital mientras mi hija, estaba siendo atendida… En esta ocasión, el
escenario no varía mucho; desalentadora es la emoción que me acompaña en una
velada donde el silencio del lugar, no ayuda a cambiar el ánimo. Busco entre
los renglones de esta misiva, la fugaz creencia que la quimera de un deseo
satisfaga a mi parte infante, aniquilando a la utopía y, convirtiendo en
realidad, los sueños perdidos de una niña qué, ya adulta, espera le sean
concedidos…
La lista de mis
imposibles no es extensa. Se ha convertido en un reducto de ilusiones en forma
de islote que espera que un navío de certezas, pueble el lugar desafiando los
aparentes imposibles que con amor y generosidad, serán derrotados…
Cada mañana al
despertar, lo primero que hago es dar gracias a Dios o al universo, (para mí
tiene el mismo significado) por estar viva. Luego, aspiro a sentirme así de
agradecida ante e cometido casi auto impuesto de reescribir las páginas en
blanco que ese día me ofrece y, frente a una taza de cacao, me hago el firme
propósito de poner en movimiento el mecanismo de la ilusión para que las
barreras que esperan fueran, en algún momento se conviertan en frágiles
cortinas de humo…
Mi carta de peticiones…
Mis queridos Magos de Oriente:
Sé, que la realidad
social que azota al mundo, se ha adueñado de la ilusión de tod@s exiliando la
esperanza a un gélido rincón del alma. Cuando no eres capaz de dejar
la preocupación constante encerrada en el sótano de los pensamientos radioactivos,
aniquilas sin querer los hermosos y escasos regalos tardíos que la vida te
concede. También, sumo a esta lista, la eliminación del vacío que embarga con
desaliento los instantes nacido de agridulces desencuentros, ellos surgen de la soberbia de un pilar que intoxica la parte más noble del ser
arrasando cualquier vestigio de felicidad…
Yo, y tú… Tú y yo… tenemos la obligación de atrapar entre los dedos, coyunturas que
llegan en retrasados vagones de vivencias que efímeramente, nos llena el corazón
con el leve roce de una piel, la
intrépida sonrisa que ha desbancado un rictus amargo, la conquista de un espíritu
moribundo que renace en unas fechas que hoy, están llegando a su ocaso, la entrega incondicional que no deja enfriar la pasión de sujetar unas manos que han olvidado para qué, han sido creadas.
Frente a un folio en
blanco, me pregunto a que nos esclavizamos. La reflexión me lleva a
enumerar a sus protagonistas. Al miedo, que se cree dueño del tiempo, nuestro tiempo, al abandono que cree ser el
tutor de tu mente, a la soledad, que amenaza con invadir tu alma, a las
palabras que como dardos envenenados, lanzamos a aquellos que menos se lo
merecen, al desamor que nos infringimos que cruelmente comulga con la teoría de que
hacerlo, es sinónimo de egoísmo…
Mi carta de peticiones,
este año va a la sección del crecimiento personal y de la absolución a los
errores.
Un coche no me haría más
feliz, aunque me hace falta, tener más dinero aliviaría mis noches en velas
pero, no disiparía la tristeza, conquistar el mundo, no es una meta, antes tengo
que conquistarme a mí misma… ¿una vida segura?, un inviable, perdería emoción el viaje...
La mejor morada es aquella donde te recibe el calor de un sentimiento leal y franco al tiempo, que te abraza la tolerancia y el respeto.
La mejor morada es aquella donde te recibe el calor de un sentimiento leal y franco al tiempo, que te abraza la tolerancia y el respeto.
Mañana cuando abra los
ojos y corra a mi árbol de navidad, espero encontrar la caja de madera que
durante mi niñez fue mi cofre de los tesoros… allí, espero encontrar todo lo
que necesito para mis próximos doce meses... amar mejor, sumar paciencia, ver más allá de lo que mi
imaginación pretende, y, sobre todo, no perder la fe en aquellos y aquello que
creemos perdido…
"Aún, es siempre todavía". (cita de Antonio Sauret).
"Aún, es siempre todavía". (cita de Antonio Sauret).
Feliz día de Reyes a
tod@s...
Esther Mendoza.
"La navidad es una actitud, no una fecha en el calendario.."
E.M
Querida Esther, ¡cuánto ha llegado esta carta a mí! Es como que has leído mis sentimientos pues yo he escrito algo parecido hoy pero muy lejos de expresarme tan excelentemente bien como tú lo haces.
ResponderEliminarEspero y deseo este nuevo año halles salud, paz, cariño y armonía.
Abrazos. Rosa.