lunes, 16 de febrero de 2015

LA DUALIDAD DEL CORAZÓN…

Las borrascas inesperadas nos sorprenden obligándonos a observar nuestro interior en los lugares más insospechados…

El corazón siempre ha tenido un papel relevante como el gran protagonista de cualquier historia. Los adjetivos se empeñan en cuantificar la importancia que tiene calificando esos anales de memorables, entrañables, apasionantes, desoladores, en definitiva, un órgano diminuto tiene la potestad de controlar los tiempos afectivos y físicos de cualquier mortal.
Él mueve los hilos en lo romántico y en lo pragmático. Además de estar encargado de bombear la sangre a todo el cuerpo, marca el compás de nuestras emociones sin ruborizarse ni pedir permiso. Suele tener un tamaño similar al de la mano en forma de puño y su importancia es tal, que si deja de latir el oxígeno no llega al resto del organismo provocando la muerte.

Y, de vez en cuando, hasta los corazones más fríos se derriten para hablar de sentimientos

Para muchos realistas es tan solo un músculo, para los trovadores es algo más, un osado que se mueve como pez en el agua ocupando la primera fila de cualquier narración, incluso, un sabio que espera su turno entre los márgenes de una posibilidad...

Cuando el amor nos invade pareciera que el corazón está más vigoroso que nunca, tolera todo y  cada latido suena más fuerte que el anterior. El amor no solo nos fortalece, nos hace más valientes arrastrando, dependiendo en qué circunstancias, los afectos por la senda de nuestra vida. Sentimientos que confunden, en otras, fascinan, aturden, pero siempre sin dudar, el corazón despierta la esperanza…
 
Las borrascas inesperadas nos sorprenden obligándonos a observar nuestro interior en los lugares más insospechados…

En una pausa no hay música, pero por momentos se produce desbancando la tan temida “Ley de Murphy” prolongando nuestro tiempo a modo de hermosa melodía…
La exactitud de las coordenadas del mapa de cada uno, en ocasiones trae consigo alarmas con etiquetas de ¡stop!  provocando paradas. Interrupciones que desconciertan sentándonos en el banquillo del observador para analizar los instantes obviados, aquellos relegados al último peldaño de las prioridades, es por lo que a partir de ahí, el latido del corazón retoma otro ritmo con imágenes congeladas...

Las horas y los segundos se han convertido en días, la vida ahora se mide por las páginas escritas con fotogramas atrapados en su portada…

Cada alma que calienta tu pequeño mundo es muy importante.  Es lo único que cuenta y  realmente necesitamos…







1 comentario:

  1. Esther, apenas ya entro al blog, precisamente por no entender este corazón que me palpita y que a nadie quiere ni siente.
    Escribes de una manera bella y encantadora.
    Te felicito.

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