Mi orilla le dice a la
tuya...
A veces, sueño que tú y yo dejamos de ser orillas para
convertirnos en un manantial de formas concurridas que se abrazan, perdiéndose entre
los acordes que conquistan la geografía de nuestros cuerpos...
... ¿No te he expresado amor mío qué cuando duermes,
mi orilla busca la tuya con el sigilo de un deseo no confesado?.
A lo lejos, un sonido cómplice surge entre las teclas de un viejo piano. En la
clandestinidad de la noche, ejecuta su obra interrogando a la sombra de la
tenue luz, el incorregible deseo de ser testigo de una entregada pasión
filtrada por las rendijas de dos viejas almas…
... ¡de
repente!, tus lentos movimientos me despiertan...
Busco tu mirada sin
delatarme y, sonrío con la connivencia que me permites...
Compruebo que tus
pupilas buscan las mías con picardía, esperando que mí orilla, se acerque aún
más a la tuya…
Mis labios
albergan un secreto; custodiar los tuyos en una promesa silenciosa que vela en
el fondo de un rio, ese, que corre por mis venas en una callada adoración que
promete ser tuya, cuando al alba, quieras rozar nuevamente tu silueta con la
mía…
Déjame
decirte amado mío, que las hojas del calendario no marcan el tiempo, el no
existe... No sembró en mí la semilla de la impaciencia, pues el segundero de mi
reloj lo marca esta pasión nacida entre tu cuerpo y el mío…
Tu
ausencia no será un motivo de desesperación u omisión de un recuerdo En algún lugar
de un "no tiempo", volveremos a reencontrarnos…
Mientras tanto, mi orilla
se acerca nuevamente a la tuya con la esperanza de permanecer en ella, sin
premura, perdiéndose entre los recovecos de la rivera que una vez despertó el
anhelo de formar parte de esa otra arista que me embrujó, como el canto de una
sirena hechiza a un marinero sin puerto...
Mi pequeño filo fluye como
un rio bravo, salvaje por momentos y, manso en otros, dejándose llevar por las
corrientes de una veneración , qué, a veces, nos acercan, y, otras nos
alejan, pero nunca, cambia la ruta…. y, cómo una brújula errante nos envuelve con vientos de nostalgia…
Así es como
te ama mi orilla, con infinita calma que agradece tus tímidas olas cuando te
aproximas a mi vera, para llevarte mi afecto desnudo de inquietudes y anhelos…
Permaneces en mi mente de
una forma serena, cómo aquella tarde en que una playa nos convirtió en dos
orillas. Instantes aplaudidos por las olas que rompían en nuestros cuerpos en la
sublime entrega de un frenesí que perpetuó en aquel mar un código que no conoce
despedida…
Mi orilla ama
el tiempo y sus estaciones. Ellas alimentan el entusiasmo de un sentimiento
que, en otoño, nos arropa con las hojas que navegan hasta nuestras lindes,
mientras el invierno, nos sorprende acortando la distancia deslizando la
ternura sobre el hielo, dando paso así, a la tímida primavera que despierta con
fuego dormido para llevarnos de la mano al zalamero verano…
El caudal en
el que navega este amor, se dejan
arrastrar por el impulso del rio llamado vida…
Ahora, no hay orillas; somos un torrente de
divina abnegación conjugado en un perfecto binomio que se ha rendido a la magia de un instante; combinación
de un antagonismo que une como el oasis necesita del
desierto, la luna de la noche, y, yo, preciso del escenario de tu cuerpo para
dedicarme a mi mejor obra, la de amarte…
No hay distancia que nos separe, ni el olvido da
nombre a las piedras que corren por su cauce. Los protagonistas de ésta historia, toman la forma de los bellos momentos que
han construido la locura excelsa de un amor…
Esther Mendoza.
Batiendo las teclas de un viejo piano en la noche no sé por que soñé que soñamos.
ResponderEliminarBesos.
Andrés, amigo, que sería de nosotros si perdieramos la capacidad para soñar..., dejariamos entonces de escribir todas esas emociones que sirven de marco al amor no crees?
EliminarMuchos besos
Preciosa prosa poética..un armoniosos baile entre orillas...
ResponderEliminarQuerida Liliana, me alegra saber que te ha gustado. Ultimamente tardo en subir cosas al blog porque estoy en otro proyecto literario que me absorbe, pero, "donde habitan los silencios", necesita ser alimentado de esas emociones que me embargan y quiero compartir con aquellos que me dan parte de su tiempo.
EliminarPara mi, este es uno de los escritos más importantes hasta ahora; lleva implícito una emocion muy valiosa para mi.
Un beso enorme y, gracias por visitarme.